Fabián Rivas es un destacado ilustrador y autor chileno. Enfocado en la literatura infantil, ha participado tanto en proyectos nacionales como internacionales, lo que le ha valido cinco medallas Colibrí por su trabajo.
A propósito del lanzamiento de nuestro boletín, nos comunicamos con Fabián Rivas para conversar con él sobre el mundo de la ilustración y, particularmente, de la ilustración editorial. En Editorial Azafrán hemos trabajado dos libros infantiles con él, Chelochín y El saco mágico.
¿Cuándo supiste que querías ser ilustrador?
Aunque siempre dibujé (no tengo un recuerdo de no estar rayando en todos lados), lo supe cuando fui a una biblioteca donde vi los libros ilustrados. Descubrí ese mundo y supe que yo también quería ilustrar y crear mis propias historias.
Cuéntanos un poco de tus estudios y de tu carrera: cuáles han sido sus dificultades y cuáles han sido tus logros.
Estudié Diseño Gráfico en la Finis y luego empecé a especializarme con talleres y workshops de distintos autores que admiraba, desde Satoshi Kitamura hasta Isol o Alberto Montt y Francisco Olea en el área de la ilustración. Y en escritura con Marcelo Simonetti, María José Ferrada o Esteban Cabezas. He tratado de aprender distintas formas de mirar e ilustrar. Gracias a todo esto, he tenido la suerte de escribir mis propios libros y mucha más suerte de que por cinco años he ganado la Medalla Ibby Colibrí a mejor libro en distintas categorías. Además este año en enero, mi último libro quedó entre los 100 libros reconocidos de la Fundación Cuatro Gatos. Todo esto son espaldarazos para seguir creando.
¿La ilustración editorial siempre te llamó la atención, o la descubriste más tarde?
Siempre me gustaron los libros y, cuando fui creciendo, los cómics. Así que estas ganas de crear siempre estuvieron ahí. Exploré otras formas de ilustrar, ya sea en publicidad, por ejemplo, o en juguetes. Estuve 3 años creando peluches o grandes castillos en Casaideas y ahí el formato era totalmente distinto. Pero seguía en todo momento creando historias para libros e ilustrando para ello.
¿Cuál fue el primer libro que ilustraste?
Se llamaba ¿Dónde está mi tuto?, de Gata Gorda Ediciones. Es un libro al que le tengo un cariño increíble, porque me sentía como con una linterna caminando en la oscuridad y avanzando lento, paso a paso, descubriendo cómo se hace un libro y cómo puede nacer una idea, desde cero, y avanzar en los bocetos, en el texto, en las ilustraciones y al final ver tu libro en una librería o que se transforme en un favorito para un niño, es algo impagable. Sigo disfrutando esa sensación. Además tuve mucha fortuna de que, siendo mi primer libro, ganó una Medalla Ibby a Mejor Libro Para Bebés.
¿Cuáles son tus mayores influencias artísticas?
La verdad tengo una biblioteca gigante en mi cabeza con muchas referencias; muchas de ellas no son ilustrativas, pero me nutren al crear. Me encanta lo que hace Edgar Wright, que es un director de cine inglés que trabaja mucho con el humor y la edición. También me encanta el trabajo de Taika Waititi y su película Jojo Rabbit: tiene una tremenda unión entre una historia muy potente y fuerte como es la Segunda Guerra Mundial y la mirada de un niño. Obviamente me gustan mucho los autores como Roald Dahl, Dr. Seuss y Lemony Snicket.
¿Cómo es el trabajo en equipo de un ilustrador? ¿Es un trabajo solitario?
Depende. Como autor del texto y de las ilustraciones, sí es un trabajo más personal. Siempre hay que comunicar, pero siempre es tu mirada, tu forma de plantear una idea. En un libro como ilustrador solamente es un trabajo superinteresante de cómo unir la idea de una escritora o un escritor, que tiene una mirada de su libro, y hay que saber plasmarla además de integrar tu propia visión.
A mí me gusta mucho conversar con los autores y ver qué les gustaría ver en las ilustraciones, cómo nació la idea, qué les parece imprescindible que debe ir sí o sí y luego yo les entrego una propuesta integrando todo ello y agregando también mi mano. Creo que eso potencia mucho un libro.
¿Cómo se diferencia la ilustración editorial de otras ramas de ella?
Todas las ilustraciones tienen que comunicar, pero en un libro álbum, por ejemplo, sí o sí debemos generar una nueva visión que se complemente al texto. Deben el texto y las ilustraciones darnos una nueva perspectiva. En una ilustración para publicidad o para juguetes, hay que ser más práctico. Debe ser muy claro y gráfico. Y sobre todo si hablas de un peluche, de un puzle o un camión de bomberos. Hay que ser muy claro en la idea.
¿Cuál es un libro (ilustrado o no) en el que te gustaría haber trabajado?
Se me vienen dos a la cabeza. El primero es Harry Potter. Recuerdo cuando por el 2000 leí el primer libro y amé la portada. Siempre quise ilustrarlo. He visto distintas ediciones ilustradas o con portadas distintas en español o en otros idiomas y la verdad me encantaría haber creado la primera portada. El segundo es Spiderman. Soy fan del cómic desde pequeño, y ahora voy a publicar mi segundo libro en ese formato para niños pequeños, pero alguna vez crearé mi versión de Peter Parker.
¿Cuál es tu libro favorito?
Harry Potter. Fin. Bueno, hay otros, pero ese libro marcó mis ganas de ser escritor. También me gusta mucho Capitán Calzoncillos, de Dav Pilkey. Además, todos los libros de Mo Willems son increíbles. Cada uno tiene una vuelta distinta con mucho humor.
Además de ilustrador, también eres autor. ¿Qué le recomendarías a quienes quieren escribir un libro?
Que lo hagan. La sensación de ver tu libro en manos de un niño y que diga que es su favorito es alucinante. Publiqué el año pasado La increíble Kindambum y el gato mágico y las niñas se han disfrazado del personaje o lo han pedido como tema para su cumpleaños. Y piensas “eso salió de una idea y la fui creando poco a poco”. Es realmente increíble. Así que les aconsejo perder el miedo o vivir con él al lado, pero bajarle el volumen y lanzarse a escribir. ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Y para quiénes están buscando a un ilustrador para su libro, ¿en qué les aconsejarías que se fijen?
En Fabián Rivas, ja, ja, ja. La verdad, lo más importante es que les represente con su idea, con su texto. Es importante que vean sus libros o ilustraciones, cómo trabaja los personajes, los fondos. Pero, sí o sí, hablen con el ilustrador y comuníquenle qué quieren ver en su historia. El libro que quieran contar es algo muy personal y tienen que dar con el autor que los represente mejor al crear.
Los invitamos a todos a conocer el excelente trabajo de Fabián disfrutando sus libros o, ¡por qué no!, colaborando con él.